Han generado un nuevo modelo comunicativo. Forman parte de nuestra vida y ya no se marcharán de ella (o, al menos, será muy difícil). Hoy ya nadie duda del incuestionable papel que juegan las redes sociales en nuestro día a día. ¿O sí? Pues parece ser que sí, que todavía hay ámbitos de la sociedad en los que las herramientas pertenecientes a la denominada web social son aún ese «gran desconocido». Me estoy refieriendo en concreto a los responsables de las administraciones públicas y, afinando más el tiro, de nuestras instituciones más cercanas: los ayuntamientos.
La pista me la ha dado un estudio encargado por Metroo, la red social de ciudades, a Alianzo, uno de los rankings de blogs más populares de habla hispana. Este documento, presentado recientemente, analiza la presencia de los alcaldes en las redes sociales en el marco de las Elecciones Locales de 2011 y arroja datos muy relevantes y significativos: el 88 % de los alcaldes está en Facebook -una cifra, dentro de lo que cabe, elevada-, pero sólo uno de ellos está en todos los medios. No obstante, lo que más me ha llamado la atención es que, de los más seguidos, ninguno aprueba el feedback, de los 9 que tienen blog, ninguno responde a los comentarios y los que ya no optan a la alcaldía se encuentran prácticamente ausentes.
Ser accesibles
No es mi deseo hablar en este post de elecciones, ni de electoralismos, ni de nada que tenga que ver con la política (para esto ya existen otros foros). Lo que quiero comentar es que personas que ya son, y otras que aspiran a serlo, de relevancia pública se muestren tan poco accesibles a los ciudadanos a los que quieren representar. No estoy abogando aquí porque los personajes públicos tengan que estar presentes obligatoriamente en las redes sociales. Que cada uno haga lo que quiera. Lo que realmente me sorprende es que todavía haya personas que, en el ejercicio de su labor profesional, todavía no contemplen a la web 2.0 como canal imprescindible de comunicación y que no aprovechen las ventajas que les ofrece.
Según la undécima edición del informe La Sociedad de la Información en España 2010, de la Fundación Telefónica, el país cuenta ya con 27 millones de internautas, de los cuales el 69,2 % accede cada día a la Red, lo que indica que casi 15 millones de persones hacen uso intensivo de ella. Y más aún: España es el primer país de Europa y el segundo del mundo, tras Brasil, en mayor porcentaje de usuarios de redes sociales, con un 75 %, según la entidad pública empresarial Red.es.
¿Qué significa esto? Pues, ni más ni menos, que los españoles estamos ávidos de compartir, de participar, de colaborar, de saber, de opinar… de hablar y de hacernos oir. Me parece bien triste que los futuros alcaldes de nuestros municipios no se muestren accesibles, que no estén interesados en escuchar lo que los ciudadanos tienen que decir. Creo que les resultaría muy útil conocer de primera mano qué piensan, qué quieren, qué les gusta y qué no…, y saberlo con la inmediatez que sólo proporcionan las redes sociales. ¿Que también se abren las puertas a las críticas? ¡Bienvenidas sean, si sirven para mejorar!
Pienso que se pierden una maravillosa oportunidad de estar ahí, en el día a día. Aunque nunca es tarde, ¿no? Los que, en algún momento decidan sumarse al carro, que lo hagan, pero que lo hagan bien: tener una página en Facebook, gestionar un blog o twittear está genial, pero de nada sirven si no se interactua con el usuario, haciéndole saber que se le escucha. No contestar a una pregunta formulada en un blog, por ejemplo, sería como cerrar la ventanilla en las narices a un cliente que se acerca a preguntar por un determinado servicio o producto. A nadie se le ocurriría hacer algo semejante, no? Pues las redes sociales son ahora esa ventanilla. Hay que empezar a tenerlo claro.
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